Santiago Alberione, un influencer espiritual.

“humilde, silencioso,
incansable, siempre vigilante, siempre recogido
en sus pensamientos, que van de la oración a la acción…,
siempre atento a escrutar los signos de los
tiempos…”.
Pablo VI sobre Santiago Alberione.

11/12/2017

Susana Gomes

Los influencers están de moda y todos los famosos quieren serlo pero no todos llegan a conseguir el objetivo. Emito esta opinión porque en lo particular pienso que los verdaderos influencers son lo que llegan; como su nombre lo indica, a influenciar en su audiencia a través de sus proezas. No podemos decir que determinada persona es influencer sólo por sus millones de seguidores y el prestigio de un marca comercial que le patrocina, puede ser famosa pero no influencer. En esta publicación quiero resaltar el hecho de un influyente que nació en el siglo pasado y llevó adelante su obra dejando una marca en la vida consagrada y religiosa vinculada con los medios de comunicación social: Santiago Alberione.

 

Noche de inspiración.

Nació en San Lorenzo di Fossano  en la provincia de Cuneo, de la región de Piamonte, Italia el 4 de abril de 1884, fue el quinto hijo de Miquel y Teresa Allocco. Sus padres trabajaban en la tierra junto a sus cuatro hermanos y la vida de la familia transcurrió bajo los valores del trabajo y las practicas religiosas, sobretodo, el rezo del Santo Rosario. Santiago sabía con corta edad lo que quería y lo que realmente le llamaba la atención, prueba de ello, fue la respuesta que le dió a su maestra de la escuela cuando era un niño. Qué quieres ser cuando seas grande? -Quiero ser cura!. Sin titubear aquella respuesta fue un proyecto de vida concreto.

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En octubre de 1900 entró en el seminario diocesano de Alba con dieciséis años, donde conoce al que posteriormente será su amigo y consejero durante 46 años, el canónigo. Francisco Chiesa. La noche del 31 de diciembre de ese mismo año fue marcada por un momento crucial para la vida espiritual de Alberione; tras pasar cuatro horas ante el Santísimo Sacramento, Santiago tiene un encuentro especial con el Jesús Sacramentado. De la Sagrada Hostia le vino una luz especial y desde aquel momento se sintió «profundamente obligado a prepararse para hacer algo por el Señor y por los hombres del nuevo siglo».

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Aquella inspiración que recibió Santiago Alberione fue lo que le impulsó para hacer algo diferente como seminarista y luego como sacerdote. Para ello, se preparó a nivel pedagógico y espiritual marcado por las novedades del evangelio. Tenía la certeza que la propagación de la palabra de Dios podía llegar a muchos lugares al mismo tiempo a través de un instrumento de difusión con el espíritu y la guia de San Pablo, el apóstol. Para la época, era considerado algo aberrado, los curas y las monjas siempre estaban relacionados a las predicaciones desde un altar o desde un aula del colegio y no se pensaba que la Palabra de Dios podía tener el mismo efecto si estaba escrita en la prensa común. Esa diferencia fue la que marcó la vida de Alberione y lo convirtió en un influencer del evangelio usando los medios de comunicación social modernos.

 

Proyecto de Familia.

Santiago Alberione tenía una gran visión de cómo poner en marcha la propagación del Evangelio fundando un equipo humano que luego lo llamaría Familia Paulina, inspirada en el Apóstol San Pablo y el gran sueño del sacerdote en la reafirmación de Cristo Camino, Verdad y Vida en el mundo. El 20 de agosto de 1914 comienza en Alba la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo (Familia Paulina). La primera mujer que sigue al Padre Alberione es Teresa Merlo, con la que comienza en 1915 las Hijas de San Pablo; mujeres al servicio de la Palabra de Dios a través de los medios de comunicación. En pocos años el apostolado de la palabra creció y en 1918 los primeros miembros de la Familia Paulina partieron hacia Susa, en Turín. Así mismo, en 1924 se fundó las Pías Discípulas del Divino Maestro para el apostolado eucarístico, sacerdotal, litúrgico.

Las Instituciones que fundó Alberione de la Familia Paulina son en total cinco Congregaciones religiosas, una Asociación de laicos y cuatro Institutos Seculares. Todas unidas y entrelazadas por una misma espiritualidad que el mismo fundador define: “Hay un estrecho parentesco, porque todos hemos nacido del Sagrario. Hay un sólo espíritu: vivir a Jesucristo y servir a la Iglesia”. Era sin duda un influencer en primer lugar para todo su equipo de trabajo y seguidores más cercano y luego para todo el mundo que podía ver, oír, leer y sentir la Palabra de Dios a través de los medios de comunicación más moderno.

De igual manera, para Alberione era fundamental el contenido que se publicaba en los diferentes medios; en los inicios fue la prensa escrita, tenía la convicción profunda de dar a conocer el mensaje de Dios de una manera clara para todos lo entendieran: “Sean vuestras ediciones las más pastorales, las que san Pablo haría si viviera ahora. Vuestra manera espiritual y material de hacerlas ha de ser la más pastoral. Vuestro poder de difusión debe ser también el pastoral”. El compromiso del apostolado paulino, dado por el Fundador no era nada fácil, requería estudio, análisis y mucha oración para saber discernir el contenido más adecuado según los tiempos y la cultura de cada lugar, signos claros de un verdadero influencer actual.

La vida de Santiago Alberione estuvo marcada desde sus inicios por el ansia de hacer una gran obra dedicada al servicio del bien a la par de los signos de los tiempos, de la corrientes tecnológicas que el hombre pueda emplear. Ese fue siempre el objetivo de este sacerdote, influencer y beato. El 26 de noviembre de 1971 muere Santiago Alberione con 87 años. Se va del mundo terrenal dejando cumplida la misión que Dios le había encomendado, sin faltar al compromiso que adquirió en la noche de su inspiración. Sus últimas horas se vieron confortadas con la visita y la bendición del Papa Pablo VI, que nunca ocultó su admiración y veneración por el P. Alberione. En 2002 la Santa Cede lo nombró Patrono del Internet y en 2003 es declarado beato por el Papa Juan Pablo II.

Santiago Alberione vivió su vida con testimonio de oración y trabajo al servicio de la Palabra de Dios sin descansar, tomando como modelo el apóstol San Pablo y dejando sus seguidores en todos los rincones del mundo que dan a conocer el camino que conduce a la felicidad plena en Dios por quien somo y nos movemos. Porque la vida esta marcada por hechos y los hechos son parte de nuestra historia. 

Facts.

Life in Facts.

“A san Pablo, escribe, fue consagrada la Familia paulina… Ella abarca todo el mundo en todos los campos de apostolado: cultura, misión, espiritualidad, acción, ediciones. Las ediciones para todas las categorías de personas; juzgar todos los problemas y los acontecimientos con la luz del evangelio. Sus aspiraciones son las mismas del corazón de Jesús en la misa; en el único apostolado: ‘Hacer conocer a Jesucristo, iluminar y apoyar toda misión y toda obra de bien; llevar en el corazón a todos los pueblos; hacer sentir la presencia de la Iglesia en todos los problemas. Al mismo tiempo, tener un gran espíritu de adaptación y de comprensión ante todas las necesidades públicas y privadas; todo el culto, el derecho, la unión de la justicia y de la caridad” (AD 65).

Malasadas en Hawaii.

«En cierta medida, el aislamiento entre los diversos grupos étnicos, a lo largo del siglo XIX, permitió a los portugueses desenvolverse con sus propios patrones, compartiendo étnica y culturalmente. A medida que pasaban de imigrantes a residentes, contribuían mucho para su nueva sociedad: construyendo iglesias y  organizando festivales…»

Susana Castro Caldeira

17/11/2017

Susana Gomes

Tengo que confesar que este tema me atrapó a primera vista, bien por lo que significa el hecho de emigrar a un habitad diferente y salir de nuestra zona de confort y por otro lado el hecho de llevar tus tradiciones, costumbres; en este caso la gastronomía, a nuevas tierras con un proyecto totalmente innovador. No les hablo de hace un par de años de este hecho, al contrario, sucedió hace mas de cincuenta años y hoy es toda una institución en el archipiélago de Hawaii que lleva por nombre Leonard’s Bakery, esta panadería y pastelería fue de las primeras en popularizar las malasadas, un dulce típico portugués.

Sabor portugués.

Los fundadores de Leonard’s Bakery emigraron de la isla de San Miguel; la más poblada del Archipiélago de las Azores en Portugal, hacia Maui, Hawai en junio de 1882. Se trataba de Arsenio y Amelia DoRego, quienes como tantos portugueses buscaron salir de su tierra en busca de mejores condiciones de vida, pese a la distancia y a la nueva cultura que debían afrontar. Para Arsenio y Amelia no les importó ir a Hawai bajo un contrato de trabajo en los campos de caña de azúcar; bajo condiciones en muchos casos de racismo, donde los portugueses eran considerados de «color» frente a los inmigrantes estadounidenses, alemanes, irlandeses y otros que fueron etiquetados como blancos. Esta realidad les afectaba a la hora de recibir sus pagos. Sin embargo, ese hecho representó para la pareja un «salto» de explorar y descubrir otras costumbres y tradiciones aportando también parte de las propias.

Mas adelante, en 1917, nació Leonard, el nieto de Arsenio y Amelia DoRego. Leonard junto a su esposa y su hija Diane pasaron a trabajar en otra área que no era la de sus abuelos; la tierra. Fue otra realidad que los llevó a ocupar el sector de la restauración y del servicio. Así que, Leonard trabajó en Snowflake Bakery, en Honolulu, hasta que fundó Leonard’s Bakery en 1952. Desde ese año, Leonard y su esposa trabajaron duro para llevar adelante la panadería y sobretodo de hacer de su negocio una referencia en Hawái con acento portugués. Siempre conservaron las tradiciones de sus orígenes y prueba de ello fue la propuesta que les sugirió la madre de Leonard de preparar malasadas; una especie de donút, para el Martes de Carnaval, toda una tradición portuguesa.

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En un primer momento se pensó que la propuesta de las malasadas podía estar muy apegada a la tradición portuguesa y por consecuencia no ser aceptada, por la sencilla razón que no era algo tradicional para el paladar de los hawaianos. Pero, la realidad fue otra. Las malasadas resultaron ser un gran éxito por su calidad y presentación, llegando a ser un dulce popular hasta nuestros días. La novedad que marcó el sello de Leonard’s Bakery, fue el hacer las malasadas con rellenos; chocolate y cremas de diferentes sabores y texturas. Igualmente, las malasadas de Leonard’s se han caracterizado por ser muy esponjosas, casi que con aire en su interior y doradas por fuera. Sin duda, una tentación al paladar que atrapó desde sus inicios a los pequeños, jóvenes y adultos siendo una de las mejores malasadas con raíces portuguesas en Honolulu.

Receta.

En la búsqueda de la mejor receta o la más cercana a la de Leonard’s Bakery les presento la de Olga Navarro que comparte en su blog Pintando las nubes.

Ingredientes:

– 500 gramos de harina de fuerza
– 250 gramos de azúcar
– 2 huevos medianos
– 12 gramos de levadura fresca de panadero
– 105 gramos de leche
– 105 gramos de leche evaporada
– 60 gramos de mantequilla blanda, cortada en dados
– chorrito de esencia de vainilla
– pellizco de sal
– azúcar para rebozar
– aceite de girasol para freír

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Para prepararlas:

1. Templa la leche y disuelve la levadura en ella.

2. Añade la leche evaporada, el azúcar y los dos huevos batidos.

3. Incorpora el chorrito de esencia de vainilla.

4. Añade la harina y la sal, y la mantequilla en cubos.

5. Amasa bien dentro de un bol, hasta que los ingredientes estén perfectamente integrados.

6. Tapa la masa con film y espera que fermente. ( 1-2 horas). Verás que está llena de burbujas y que ha aumentado bastante de tamaño.

7. Amasa un poco para quitar un poco de gas a la masa, y deja reposar otra media hora.

8. Prepara un cazo con aceite de girasol, y pon a fuego medio- alto para freír.

9. Coge un poco de masa con una cuchara. No mucha, que se quedará crudo el interior, y da forma redonda, pasando la masa entre las dos cucharas con todo el arte que seas capaz, y una vez tenga forma redonda echa la masa en el aceite caliente.

El tamaño es como de una bola de ping pong, cuando las hago más grandes, el interior se queda crudo.

10. Ve regulando la fuerza del fuego, para que no se quemen rápido y el interior esté bien hecho. Esponjoso.

11. Saca a un papel absorbente, y sin achicharrarte los dedos, reboza en abundante azúcar.

De Azores para Hawái.

En junio de 1878 el barco de origen alemán “Priscilla” zarpó de puerto de Funchal con 114 portugueses la mayoría de ellos madeirenses y açorianos con destino a la isla de Hawaii, específicamente a Honolulu, capital de la isla de Oahu. Esta fue la primera emigración masiva de portugueses a la isla que eran contratados para ocupar los puestos de trabajo en los cultivos de caña de azúcar, por la sencilla razón de la falta de mano de obra local. Como en casi todos los escenarios, los portugueses buscaban una mejor calidad de vida que Portugal (especialmente en las islas de Madeira y Azores) no ofrecía. Los pobladores vivían prácticamente de lo que la tierra les aportaba y su futuro no le aseguraba un porvenir estable económicamente.

Entre 1878 y 1888 diecisiete barcos llevaron en total 11.057 portugueses que se dispersaron entre Maui, Ohahu, Kauai y Honolulu como ya mencione anteriormente. Fueron años históricos la isla de San Miguel y Madeira para la integración de las isla y el intercambio cultural. Por ejemplo, los apellidos Rebelos, Perestrelos, Vieiros, Câmaras, Bettencourts, Silvas, Pracanas, Soares, Cardosos, Freitas, Lomelinos son fácilmente detectables en las listas telefónicas de Oahu y de otras isla de Hawaii. Así mismo, la introducción del cavaquinho, o ukulele reconocido y promovido como instrumento local es otra prueba de esta mezcla de culturas. En el área gastronómica, que compete a esta publicación a parte de las malassadas, se encuentran  la massa sovada de los Açores,  conocida como “sweet bread” y la sopa azeda que es conocida como “portuguese soup”.

En el libro: Da Madeira para o Hawaii: A Emigração e o Contributo Cultural Madeirense, su autora Susana Castro Caldeira presenta el intercambio en todas las áreas entre las dos culturas, la unificación que se dió desde hace mas de un siglo:

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«No Hawaii, os portugueses deixaram marcas na Arquitectura, em forma de muros de pedra emparelhada. Há, também, alguns edifícios com nomes como Faria, Mendonça e Araújo. Algumas igrejas têm nomes portugueses e há cerca de trinta ruas imortalizando a presença portuguesa e a sua importância nas ilhas. As associações e clubes de origem portuguesa preservam a herança deixada pelos seus antepassados. Em muitas reuniões de portugueses, no Hawaii, o Hino Nacional português ainda é tocado. Os descendentes dos portugueses levam, ainda, Portugal e a Madeira, no coração.»

No podemos ignorar que la sociedad portuguesa de aquel entonces poseía un espíritu de lucha y un carácter pujante indescriptible, digno de admirar sin miedos a las lejanías, al trabajó pesado de la tierra, a la inserción en la sociedad y sobretodo sin miedos a mostrar sus raíces. En la publicación «Venezuela, nuestra segunda tierra» relatamos un hecho muy similar donde se describe la emigración hacia América del Sur por parte de los portugueses, otro destino donde muchos encontraron sus segunda patria aportando su herencia lusófona. Leonard’s Bakery, es el ejemplo vivo que se proyecta en el presente y futuro como una marca portuguesa en la isla de Hawái consolidada en sus raíces y sus progenitores que zarparon para vivir hechos que dejaron historias que contar. Porque la vida esta marcada por hechos y los hechos son parte de nuestra historia. 

Facts.

Life in Facts.

 

Colza entre verdades y mentiras infinitas.

«Yo intenté tranquilizarle, pero un poquitito antes de llegar, a unos cientos de metros del hospital de La Paz, noté que hacía un pequeño movimiento y fallecía. “Ahora ya no podemos hacer nada”, le dije al conductor».

25/10/2017

Susana Gomes

La primera verdad

En la primavera de 1981 en el municipio Torrejón de Ardoz, en la provincia de Madrid, España, se produjo la primera muerte perteneciente a la familia Vaquero por una enfermedad «rara» que no se conocía en el momento y que luego se le dio diversos nombres: «neumonía atípica», «enfermedad del legionario», «ornitosis» entre otras. La población desconocía por completo lo que estaba ocurriendo, mientras que los medios de comunicación social y los gobernantes de turno trataron de buscar una hipótesis creíble que respondiera a la urgencia sanitaria mas grave que España ha vivido en su historia.

«La causa del fallecimiento del niño de Torrejón de Ardoz se ha debido a una neumonía». «El foco está controlado». Estas fueron algunas de las primeras y confusas informaciones aparecidas en ABC el 7 de mayo de 1981. Se trataba del primer caso oficial que cobró la vida de Jaime García Vaquero, un niño de ocho años que fue víctima de la epidemia extraña. Todo ocurrió en la tarde del 1 de mayo de 1981 cuando el niño Jaime, quien presentó fiebre mayores a 38 grados y manchas en la piel días antes; sufrió una insuficiencia respiratoria aguda y fue llevado de urgencia al Hospital Del Rey donde llegó sin signos vitales. Pasadas las 24 horas de este primer caso, otras siete personas ingresaban con síntomas parecidos, entre ellas tres hermanos de Jaime. Y tres días después, sus padres.

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Los casos siguieron en aumento y la población comenzó a desesperarse sin saber de qué se trataba, de dónde provenía la fulana «enfermedad rara» que se propagaba rápidamente de familia en familia como una «plaga maldita». La primera respuesta que dieron los medios y las autoridades sanitarias fue de un posible envenenamiento por el consumo del aceite de colza adulterado vendido de manera ambulante sin permiso sanitario. Esta hipótesis fue avalada por el Dr. Juan Manuel Tabuenca, quien descubrió el punto de inflexión entre los afectados: «el aceite, unos ponían aceite y otros no», comenta el pediatra. La mayoría de afectados pertenecían a una clase trabajadora, humilde, con pocos recursos que compraba un aceite en mercadillos ambulantes porque el precio era más bajo».

La posibilidad del envenenamiento de la población madridista y más tarde de toda España a causa del aceite de colza cobraba fuerza en medio de rumores. El 17 de junio de ese mismo año, el Ministerio de Sanidad informó que el aceite de colza eran el causante de la epidemia que estaba matando a la población y por consecuencia se dejó de mencionar la famosa «neumonía atípica». Sin embargo, la información no convenció del todo ya que en otras investigaciones de los casos que ingresaban en los hospitales se observaba por ejemplo, que todos los miembros de una familia que consumieron el aceite no eran afectados en su totalidad. Así mismo, la garrafas de aceite supuestamente adulteradas fueron compradas por grupos de familias de una misma zona, unos eran afectados, otros no. Esta realidad hizo que la creencia sobre el consumo del aceite de colza fuese estudiado en profundidad. Algo se estaba tratando de ocultar en los medios de comunicación y en las entidades publicas y sanitarias.

La verdad oculta.

El 15 de mayo de 1981 el Doctor Antonio Muro fue despedido de sus funciones en la dirección del Hospital Del Rey, a raíz de sus descubrimientos y las investigaciones que arrojó la verdadera causa del síndrome tóxico por el supuesto aceite de colza. Las autoridades sanitarias no les interesaba que se conociera la verdad que el Dr. Muro había encontrado en los casos registrados. Dicha verdad oculta era causada por un producto fitosanitario, un organotiofosforado introducido deliberadamente en una partida de tomates o pimientos. El Dr. Muro realizó sus investigaciones de manera particular buscando todas las pruebas y analizando el consumo de los tomates desde el momento de la producción y distribución en los diferentes mercados.

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Los organofosforados se encontraron en los pesticidas de la empresa multinacional Bayer con una combinación de los productos Nemacur 10 y Oftanol 50, ambos de alta peligrosidad que estaba prohibido en muchos países por ser el causante de muertes humanas. La explicación de consumir los tomates contaminados era como especie de lotería, algunos tomates podían estar contaminados y otros no. El consumidor compraba el producto entre tomates sanos y tomates contaminados rociados con pesticidas provenientes de Almería. Esta teoría fue rechaza por varios médicos que defendían la intoxicación causada por el aceite de colza, entre ellos estaba el epidemiólogo británico Richard Doll, que acudió al juicio para sostener —en base a un informe elaborado por él mismo enviado al tribunal— que el aceite de colza adulterado fue el causante del síndrome tóxico.

El Dr. Muro también dejó escrito los siguiente dando prueba de su verdad: «El nematicida fitosistémico Nemacur-10, prohibido en varios países por su alta peligrosidad, e introducido en España por primera vez pocos meses antes de la epidemia del síndrome tóxico, es un organotiofosforado del grupo fenamiphos (4-[metiltio]-m-toliletil-isopropilamidofosfato) que, de no respetarse sus muy dilatados intervalos de seguridad (mínimo de tres meses), se convierte dentro del fruto en un fitometabolito derivado extraordinariamente agresivo —su toxicidad se potencia unas 700 (setecientas) veces— y cuya composición exacta parece ser alto secreto militar.

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Otro que apoyó la misma tesis fue el investigador Andreas Faber Kaiser, nacido en Barcelona y licenciado en Filosofía y letras quien se ocupó de realizar un estudio sobre las verdades de este terrible envenenamiento masivo publicando un libro titulado «Pacto de Silencio» en marzo de 1988, donde abordaba una versión alternativa a la oficial y similar a la del Dr. Muro. Entre otras cosas, desvelaba que en realidad habían resultado afectadas 60.000 personas, con 650 muertes. «Cabe señalar que Nemacur y Oftanol son productos de la multinacional Bayer. Es importante por lo tanto que al enjuiciar lo sucedido en España con el síndrome tóxico, se tenga presente que la industria química privada multinacional ofrece la única posibilidad de ensayo impune en el supuesto de un acuerdo internacional de suspensión de la experimentación y almacenamiento de armamento químico» señala Faber Kaiser en su obra.

Los testimonios

La situación que vivió España en aquella primavera de 1981 fue algo realmente duro e indignante por el hecho de no encontrar una respuesta acertada y a tiempo por parte de las autoridades sanitarias y gubernamentales. Así mismo, por no conseguir culpables directos que pagaran tantas vidas que cobró la intoxicación masiva, donde la población se sintió burlada y en muchos casos sin tener ningún tipo de indemnización. Lo más increíble en medio de toda la calamidad fue el ocultar la verdadera causa del mayor desastre a nivel sanitario que hoy por hoy continúan padeciendo con las secuelas muchas familias españolas.

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Primera Familia y víctima afectada por el «síndrome del aceite tóxico». Torrejón de Ardoz. España.

Los testimonios nos llevan a conocer el verdadero drama que vivieron miles de familias entre ellas Carmen: la madre de Jaime. «Jaime estuvo malo toda la tarde y, a partir de las diez, se puso peor. A las dos de la madrugada, cuando vimos que era grave, le llevamos al ambulatorio. Allí me dijeron que no tenía nada y le recetaron un jarabe para la tripa. Yo insistí en que mi hijo nunca se había puesto malo y pregunté si no era mejor llevarle al hospital. Me aseguraron que no. Volvimos a casa y estuvo toda la noche con fiebre, vomitando y con dolor de tripa. El jarabe no le había hecho ningún efecto. Así que a las ocho tuvo que venir una ambulancia. Mi hijo se sentó encima de mí para hacer el trayecto, y no le pudieron poner oxígeno porque en la ambulancia solo iba el conductor. En un momento se sobresaltó como asustado. Yo intenté tranquilizarle, pero un poquitito antes de llegar, a unos cientos de metros del hospital de La Paz, noté que hacía un pequeño movimiento y fallecía. “Ahora ya no podemos hacer nada”, le dije al conductor».

Otro testimonio anónimo relató: «Era 1981, tenía 20 años y estaba terminando la carrera de magisterio. Tenía tos, dificultad para respirar y dolor muscular. Tras varios días en la cama, me ingresaron en el hospital sin saber muy bien lo que tenía. En dos meses, mis compañeros no me reconocían”.  

La Organización Mundial de la Salud lo bautizó como «el síndrome del aceite tóxico». La población española lo bautiza como una maldición, plaga, burla, tragedia, mentira, engaño, etc, etc. Cada afectado que aún lleva los síntomas del envenenamiento le otorga su propia calificación frente a los sistemas políticos y económicos, dedicados a la industria de los productos químicos farmacéuticos, que hasta la fecha solo jugaron por sus propios intereses en un terreno donde la crucífera de raíz pivotante y profunda de la colza fue la culpable de toda la irresponsabilidad humana. Los hechos aún siguen vivos en las voces de sus testimonios que desean que se conozca en las nuevas generaciones el origen de sus desgracias. Porque la vida esta marcada por hechos y los hechos son parte de nuestra historia. 

Facts.

Life in Facts.

 

 

 

 

 

 

La Invasión a Panamá: el antes y el después.

«No puede haber reconciliación si no se conoce la verdad y si no consignamos en blanco y negro la memoria colectiva». 
Isabel De Saint Malo

Actualizado 22/09/2017

Susana Gomes

Un país dividido

La madrugada del 20 de diciembre de 1989 fue el peor recuerdo estampado en la memoria y corazón de cada panameño y cada latinoamericano. El país centroamericano vivió un antes y un después de aquella madrugada donde los intereses políticos y económicos prevalecieron por encima de la compasión, y por ende, de la vida humana. El pueblo estaba preparado para celebrar la navidad, pero la esperanza se transformó en decepción y la alegría en tristeza por la Invasión llamada «Causa Justa» a Panamá. Cómo sucedió este hecho? Cuáles fueron sus repercusiones?

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Ex General Manuel Antonio Noriega.

Días antes de aquel 20 de diciembre, Panamá vivía en una tensa calma, los problemas políticos y socioeconómicos estaban latentes en el día a día. El General Manuel Antonio Noriega, estuvo a la sombra de los gobiernos de turno, mantuvo un régimen dictatorial por seis años (1983-1989) que provocó una fractura y enfrentamientos entre los mismos panameños. Unos apoyaban al General Noriega y el sistema que implantó durante su gobierno y otros no aceptaron el sistema y pedían libertad y progreso para la nación. Andrés Lee González, comerciante panameño de 80 años, habla sobre lo positivo, de la época de Manuel Antonio Noriega «es que él protegía a los buhoneros  para que no nos quitaran el trabajo que teníamos y eso era un apoyo de verdad”

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Batallones de la Dignidad, 1989. Panamá.

Los del grupo de la oposición pedían a gritos acabar con el régimen y dejar a Panamá libre, para ellos Noriega representó la maldad. Fue acusado de narcotraficante y el contrabando de armas. En 1981, Noriega se disputó el poder con el general Rubén Darío Paredes, entonces jefe de la Guardia Nacional, quien creyendo tener el suficiente apoyo, en 1983 pidió la baja del Ejército para presentarse como candidato a la Presidencia. El 12 de agosto de ese año fue nombrado jefe de la Guardia Nacional, en sustitución de Paredes. Lo más interesante es que Noriega, contó en todo momento con el apoyo de Estados Unidos pese a las denuncias que se daban del ex-militar. Pero, esa posición por parte del gobierno norteamericano cambió súbita y rotundamente.

La noche más oscura

La orden por parte de los Estados Unidos en ese 20 de diciembre de 1989 era minimizar los daños materiales y hacer una invasión rápida e intensa. Según el presidente Americano George H. Bush Padre, la invasión a Panamá tenía cuatro objetivos: primero, proteger la vidas de los norteamericanos, segundo, mantener la seguridad del canal de Panamá, tercero, restaurar la democracia y por último capturar a Noriega para que enfrentara la justicia estadounidense. La población no estaba preparada para recibir el impacto de los objetivos y peor aún las consecuencias que los mismos dejaron.

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Bus Colectivo (Diablo Rojo) y un automóvil calcinados entre los escombros dejados por el fuego que se propagaron desde el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa, en El Chorrillo.

Aquella media noche que separó el 20 con el 21 de diciembre fue un la noche más oscura para cualquier panameño. Justo a la medianoche mientras la gente dormía se comenzó a escuchar el ruido de lo helicópteros de guerra que sobrevolaban la ciudad de Panamá, los 26 mil soldados encargados de la invasión fueron atacando de manera estratégica y despiadada. La ciudad se quedo sin luz, fue una total confusión, la gente corría de un lado para otro sin saber que era lo que estaba sucediendo. Las ráfagas de fuego caían sobre las casas sin previo aviso, el cielo estaba rojo y prendieron fuego en diversos puntos de la capital. El barrio más afectado fue el El Chorrillo, donde se encontraba afincado el Cuartel General de la Guardia panameña, incendiado en su gran parte. Los habitantes con orígenes afro-descendientes llegados en la época de construcción del Canal y grupos del interior del país que tenían el propósito de estudiar y trabajar.

Así mismo, los tiros se escucharon sin cesar en la Central, Calidonia, Panamá Viejo, Paitilla, El Dorado, Las Cumbres, Tocumen, San Miguelito, Tinajitas, Pacora, Amador, Arraiján, La Chorrera, Río Hato, Colón y en tantos otros lugares que parecían estar escondidos, al final eran blanco para las balas que alcanzaron tanta gente inocente que pretendía defender «una causa justa». Fueron mujeres, hombre y militares que dieron la vida. Los que defendían al General Noriega eran llamados «Batallones de la Dignidad» que trataron de enfrentar el grupo armado de los Estados Unidos y defender la Patria.

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Operación «Causa Justa» Panamá 1989.

Esa media noche la tierra en Panamá tembló por las 417 bombas de 920,00Kg, que cayeron como parte del arsenal del batallón nortemaericano. Sin embargo, fue curioso ver los medios de comunicación social que presentaron el hecho de esos días como un acto de liberación para el pueblo panameños. Los helicópteros sobrevolaban con música en Inglés y parte de la población que no estaba de acuerdo con el sistema implantado por Noriega recibió a los militares americano como verdaderos héroes.  Dos realidades diferente que sin duda dividieron un país envuelto en una crisis política, social y económica donde el mismo pueblo fue víctima de una guerra sicológica y otra armada.

El «después»

La imágenes que hoy vemos en las redes sociales dan a conocer un país destruido después de la intervención militar por parte de los Estados Unidos. Los establecimientos comerciales que poseían grandes inventarios por la época decembrinas, fueron saqueados después de aquel 20 de diciembre. La gente buscó de forma desesperada una protección material para soportar los primeros días del ataque. Muchos de los familiares de las víctimas no pudieron ser identificadas, los cuerpos fueron arrojados a fosas comunes y quedando por desaparecidos.

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Habitantes de EL Chorillo. Panamá 1989.

Por otro lado, el coronel Noriega,  uno de los objetivos de la Causa Justa, escapó hacía la Nunciatura Apostólica. El 03 de enero de 1990 se entrego Noriega a los americanos, la DEA lo retuvo para ellos y fue llevado a la Florida a bordo de un MC-130 del 8vo SOS. La operación «causa justa» se da por terminada oficialmente el 31 de enero de 1990. y empezó la casería de brujas de 900 partidarios del coronel. Casi dos años después, en septiembre de 1991 comenzó el juicio en su contra y el 9 de abril de 1992 fue condenado a 40 años de cárcel por ocho delitos de narcotráfico y blanqueo de dinero. Veinticínco años después Rafael Antonio Noriega, apareció ante la opinión pública para pedir perdón: “Quiero cerrar el círculo de la era militar: pido perdón si he hecho daño a alguien”.

El cantante, compositor, músico y actor panameño, Rubén Blades, publicó recientemente: Para expresarlo simplemente, ningún país, por ser más poderoso que otro, posee el derecho a imponer su criterio u opinión sobre otra nación por la fuerza de las armas.  Allí está el ejemplo de Noriega en Panamá, caso que aún permanece pendiente de resolución en muchos aspectos. Los que no aceptamos la intervención militar de Estados Unidos de 1989 en nuestro país aún somos considerados por algunos, como partidarios de Noriega y su dictadura. Para quienes apoyaron la invasión, la intervención del «Coloso del Norte» les pareció el único camino factible, aunque ese argumento haya sido desvirtuado por ejemplos históricos de acciones nacionales que resultaron en la caída de regímenes tiránicos, desde Leónidas Trujillo hasta Muammar Gaddafi.

El número oficial de muertos durante la invasión es de 300 militares y 214 civiles panameños, pero organizaciones civiles del país han dicho que la cantidad es superior al millar, se habla de más de 2.500 vidas. Las heridas están presentes aún en cada hogar que quedó destruido por una llamada «causa justa» . la vicepresidenta y canciller, Isabel De Saint Malo, lanzó la comisión independiente «Comisión 20 de diciembre de 1989», afirmó «No puede haber reconciliación si no se conoce la verdad y si no consignamos en blanco y negro la memoria colectiva». 

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Primer Viaje a través del canal el 15 de agosto de 1914.

El hecho de la invasión a Panamá debe ser conocida en profundidad en las nuevas generaciones desde sus orígenes. El principal objetivo de la «Causa Justa» fue de terminar de controlar y tomar posesión del canal de Panamá. La historia nos señala que los proyectos internacionales para su construcción iniciaron durante 1850, sería entre 1879 y 1889 cuando una compañía francesa, dirigida por el ingeniero del Canal de Suez, Ferdinando de Lesseps, intentaría construir un canal de Panamá, aunque sin éxito. Gracias a la «ley Spooner», los norteamericanos obtendrían el derecho de realizar el canal desde 1903 donde se firmó el acuerdo para su construcción por parte de los Estados Unidos.

Desde ese momento las condiciones siempre han sido favorables hacía el país nortemericano y sus intereses han prevalecido ante los mismo panameños. Las vidas que ha dejado a los largo de la historia el canal de Panamá en su construcción, remodelación y finalmente su posesión son incontables. Así mismo, la perpetuidad de los gobiernos de turno de los Estados Unidos sobre Panamá han sido tan evidentes que hasta prácticamente determinaba quién o quienes gobernaban a Panamá. Esa situación hizo que nacieran agrupaciones nacionalistas e ideológicas que llevaron a defender los intereses nacional de los panameños que los llevó hasta el contragolpe de estado de 1969 dirigido por el general Omar Torrijos, quien logra la firma de los tratados Torrijos-Carter.

En definitiva, las causas del hecho de la invasión nos demuestran una lucha de intereses donde la vida humana quedó siempre en segundo plano. Los objetivos planteados por parte de los Estados Unidos fueron ejecutados en todos sus niveles desde mucho antes del 20 de diciembre de 1898 y después. El daño sicológico que dejó este hecho en los panameño fue grave. Ver el país destruido y sumergido en el miedo y la muerte tocó lo mas entrañable del pueblo centroamericano. El factor sorpresivo de aquella noche dejó muchas pérdidas humanas que aún hoy sus familiares recuerdan y gritan pidiendo justicia. Porque la vida esta marcada por hechos y los hechos son parte de nuestra historia.

Facts.

Life in Facts