La Invasión a Panamá: el antes y el después.

«No puede haber reconciliación si no se conoce la verdad y si no consignamos en blanco y negro la memoria colectiva». 
Isabel De Saint Malo

Actualizado 22/09/2017

Susana Gomes

Un país dividido

La madrugada del 20 de diciembre de 1989 fue el peor recuerdo estampado en la memoria y corazón de cada panameño y cada latinoamericano. El país centroamericano vivió un antes y un después de aquella madrugada donde los intereses políticos y económicos prevalecieron por encima de la compasión, y por ende, de la vida humana. El pueblo estaba preparado para celebrar la navidad, pero la esperanza se transformó en decepción y la alegría en tristeza por la Invasión llamada «Causa Justa» a Panamá. Cómo sucedió este hecho? Cuáles fueron sus repercusiones?

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Ex General Manuel Antonio Noriega.

Días antes de aquel 20 de diciembre, Panamá vivía en una tensa calma, los problemas políticos y socioeconómicos estaban latentes en el día a día. El General Manuel Antonio Noriega, estuvo a la sombra de los gobiernos de turno, mantuvo un régimen dictatorial por seis años (1983-1989) que provocó una fractura y enfrentamientos entre los mismos panameños. Unos apoyaban al General Noriega y el sistema que implantó durante su gobierno y otros no aceptaron el sistema y pedían libertad y progreso para la nación. Andrés Lee González, comerciante panameño de 80 años, habla sobre lo positivo, de la época de Manuel Antonio Noriega «es que él protegía a los buhoneros  para que no nos quitaran el trabajo que teníamos y eso era un apoyo de verdad”

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Batallones de la Dignidad, 1989. Panamá.

Los del grupo de la oposición pedían a gritos acabar con el régimen y dejar a Panamá libre, para ellos Noriega representó la maldad. Fue acusado de narcotraficante y el contrabando de armas. En 1981, Noriega se disputó el poder con el general Rubén Darío Paredes, entonces jefe de la Guardia Nacional, quien creyendo tener el suficiente apoyo, en 1983 pidió la baja del Ejército para presentarse como candidato a la Presidencia. El 12 de agosto de ese año fue nombrado jefe de la Guardia Nacional, en sustitución de Paredes. Lo más interesante es que Noriega, contó en todo momento con el apoyo de Estados Unidos pese a las denuncias que se daban del ex-militar. Pero, esa posición por parte del gobierno norteamericano cambió súbita y rotundamente.

La noche más oscura

La orden por parte de los Estados Unidos en ese 20 de diciembre de 1989 era minimizar los daños materiales y hacer una invasión rápida e intensa. Según el presidente Americano George H. Bush Padre, la invasión a Panamá tenía cuatro objetivos: primero, proteger la vidas de los norteamericanos, segundo, mantener la seguridad del canal de Panamá, tercero, restaurar la democracia y por último capturar a Noriega para que enfrentara la justicia estadounidense. La población no estaba preparada para recibir el impacto de los objetivos y peor aún las consecuencias que los mismos dejaron.

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Bus Colectivo (Diablo Rojo) y un automóvil calcinados entre los escombros dejados por el fuego que se propagaron desde el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa, en El Chorrillo.

Aquella media noche que separó el 20 con el 21 de diciembre fue un la noche más oscura para cualquier panameño. Justo a la medianoche mientras la gente dormía se comenzó a escuchar el ruido de lo helicópteros de guerra que sobrevolaban la ciudad de Panamá, los 26 mil soldados encargados de la invasión fueron atacando de manera estratégica y despiadada. La ciudad se quedo sin luz, fue una total confusión, la gente corría de un lado para otro sin saber que era lo que estaba sucediendo. Las ráfagas de fuego caían sobre las casas sin previo aviso, el cielo estaba rojo y prendieron fuego en diversos puntos de la capital. El barrio más afectado fue el El Chorrillo, donde se encontraba afincado el Cuartel General de la Guardia panameña, incendiado en su gran parte. Los habitantes con orígenes afro-descendientes llegados en la época de construcción del Canal y grupos del interior del país que tenían el propósito de estudiar y trabajar.

Así mismo, los tiros se escucharon sin cesar en la Central, Calidonia, Panamá Viejo, Paitilla, El Dorado, Las Cumbres, Tocumen, San Miguelito, Tinajitas, Pacora, Amador, Arraiján, La Chorrera, Río Hato, Colón y en tantos otros lugares que parecían estar escondidos, al final eran blanco para las balas que alcanzaron tanta gente inocente que pretendía defender «una causa justa». Fueron mujeres, hombre y militares que dieron la vida. Los que defendían al General Noriega eran llamados «Batallones de la Dignidad» que trataron de enfrentar el grupo armado de los Estados Unidos y defender la Patria.

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Operación «Causa Justa» Panamá 1989.

Esa media noche la tierra en Panamá tembló por las 417 bombas de 920,00Kg, que cayeron como parte del arsenal del batallón nortemaericano. Sin embargo, fue curioso ver los medios de comunicación social que presentaron el hecho de esos días como un acto de liberación para el pueblo panameños. Los helicópteros sobrevolaban con música en Inglés y parte de la población que no estaba de acuerdo con el sistema implantado por Noriega recibió a los militares americano como verdaderos héroes.  Dos realidades diferente que sin duda dividieron un país envuelto en una crisis política, social y económica donde el mismo pueblo fue víctima de una guerra sicológica y otra armada.

El «después»

La imágenes que hoy vemos en las redes sociales dan a conocer un país destruido después de la intervención militar por parte de los Estados Unidos. Los establecimientos comerciales que poseían grandes inventarios por la época decembrinas, fueron saqueados después de aquel 20 de diciembre. La gente buscó de forma desesperada una protección material para soportar los primeros días del ataque. Muchos de los familiares de las víctimas no pudieron ser identificadas, los cuerpos fueron arrojados a fosas comunes y quedando por desaparecidos.

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Habitantes de EL Chorillo. Panamá 1989.

Por otro lado, el coronel Noriega,  uno de los objetivos de la Causa Justa, escapó hacía la Nunciatura Apostólica. El 03 de enero de 1990 se entrego Noriega a los americanos, la DEA lo retuvo para ellos y fue llevado a la Florida a bordo de un MC-130 del 8vo SOS. La operación «causa justa» se da por terminada oficialmente el 31 de enero de 1990. y empezó la casería de brujas de 900 partidarios del coronel. Casi dos años después, en septiembre de 1991 comenzó el juicio en su contra y el 9 de abril de 1992 fue condenado a 40 años de cárcel por ocho delitos de narcotráfico y blanqueo de dinero. Veinticínco años después Rafael Antonio Noriega, apareció ante la opinión pública para pedir perdón: “Quiero cerrar el círculo de la era militar: pido perdón si he hecho daño a alguien”.

El cantante, compositor, músico y actor panameño, Rubén Blades, publicó recientemente: Para expresarlo simplemente, ningún país, por ser más poderoso que otro, posee el derecho a imponer su criterio u opinión sobre otra nación por la fuerza de las armas.  Allí está el ejemplo de Noriega en Panamá, caso que aún permanece pendiente de resolución en muchos aspectos. Los que no aceptamos la intervención militar de Estados Unidos de 1989 en nuestro país aún somos considerados por algunos, como partidarios de Noriega y su dictadura. Para quienes apoyaron la invasión, la intervención del «Coloso del Norte» les pareció el único camino factible, aunque ese argumento haya sido desvirtuado por ejemplos históricos de acciones nacionales que resultaron en la caída de regímenes tiránicos, desde Leónidas Trujillo hasta Muammar Gaddafi.

El número oficial de muertos durante la invasión es de 300 militares y 214 civiles panameños, pero organizaciones civiles del país han dicho que la cantidad es superior al millar, se habla de más de 2.500 vidas. Las heridas están presentes aún en cada hogar que quedó destruido por una llamada «causa justa» . la vicepresidenta y canciller, Isabel De Saint Malo, lanzó la comisión independiente «Comisión 20 de diciembre de 1989», afirmó «No puede haber reconciliación si no se conoce la verdad y si no consignamos en blanco y negro la memoria colectiva». 

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Primer Viaje a través del canal el 15 de agosto de 1914.

El hecho de la invasión a Panamá debe ser conocida en profundidad en las nuevas generaciones desde sus orígenes. El principal objetivo de la «Causa Justa» fue de terminar de controlar y tomar posesión del canal de Panamá. La historia nos señala que los proyectos internacionales para su construcción iniciaron durante 1850, sería entre 1879 y 1889 cuando una compañía francesa, dirigida por el ingeniero del Canal de Suez, Ferdinando de Lesseps, intentaría construir un canal de Panamá, aunque sin éxito. Gracias a la «ley Spooner», los norteamericanos obtendrían el derecho de realizar el canal desde 1903 donde se firmó el acuerdo para su construcción por parte de los Estados Unidos.

Desde ese momento las condiciones siempre han sido favorables hacía el país nortemericano y sus intereses han prevalecido ante los mismo panameños. Las vidas que ha dejado a los largo de la historia el canal de Panamá en su construcción, remodelación y finalmente su posesión son incontables. Así mismo, la perpetuidad de los gobiernos de turno de los Estados Unidos sobre Panamá han sido tan evidentes que hasta prácticamente determinaba quién o quienes gobernaban a Panamá. Esa situación hizo que nacieran agrupaciones nacionalistas e ideológicas que llevaron a defender los intereses nacional de los panameños que los llevó hasta el contragolpe de estado de 1969 dirigido por el general Omar Torrijos, quien logra la firma de los tratados Torrijos-Carter.

En definitiva, las causas del hecho de la invasión nos demuestran una lucha de intereses donde la vida humana quedó siempre en segundo plano. Los objetivos planteados por parte de los Estados Unidos fueron ejecutados en todos sus niveles desde mucho antes del 20 de diciembre de 1898 y después. El daño sicológico que dejó este hecho en los panameño fue grave. Ver el país destruido y sumergido en el miedo y la muerte tocó lo mas entrañable del pueblo centroamericano. El factor sorpresivo de aquella noche dejó muchas pérdidas humanas que aún hoy sus familiares recuerdan y gritan pidiendo justicia. Porque la vida esta marcada por hechos y los hechos son parte de nuestra historia.

Facts.

Life in Facts

 

Rosa Parks, el «No» de la libertad.

“Recuerdo la historia que me contó sobre la primera vez que sufrió la discriminación contra la que lucharía toda su vida. Era una niña y mi abuela la había llevado a una tienda del pueblo. Sin saber que hacía algo malo, se acercó a una niña blanca de la misma edad y empezaron a hablar. La abuela no se percató, o lo hubiera impedido, pero cuando quiso darse cuenta era ya demasiado tarde. La madre de la otra niña se acercó y, llevándosela del brazo, le regañó: ‘Nosotros no jugamos con negros’”.

23/05/2017

Susana Gomes

El «No» de la dignidad.

Un gesto tan simple, como no levantarse del asiento cuando el conductor del bus te lo ordena, cambió la historia de los derechos civiles en los Estados Unidos. La segregación racial ha sido,  un «martirio» en la vida cotidiana de las personas de color. La mujer valiente del autobús, marcó un paso adelante en la lucha por la dignidad y la igualdad. La protagonista del hecho: Rosa Parks.

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Rosa Parks.

El 1 de diciembre, al final de la tarde, esa mujer negra, de 42 años, llamada Rosa, se subió a un autobús en Montgomery, Alabama, para regresar a su casa. Cansada, de una larga jornada de trabajo, se sentó en los primeros asientos. En ese entonces, los transportes públicos tenían una línea divisoria entre los pasajeros: los blancos adelante, los negros atrás. El autobús continuó su recorrido y en la tercera parada ingresaron dos personas blancas. El conductor blanco, James Blake, le ordenó que le cediera el puesto al joven blanco, quien no lo había pedido. Los tres negros que estaban cerca de Rosa se levantaron. Pero, ella, permaneció sentada. Con voz autoritaria, Blake increpó: -¿Vas a levantarte? Con mirada firme Rosa respondió: «No», estoy cansada de ser tratada como una ciudadana de segunda clase».  El conductor bajó de la unidad y llamó a dos policías. Éstos preguntaron a Parks por qué no se había movido. Ella señaló: «No pensé que tuviera que hacerlo. Pagué mi billete como cualquier otro».

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«Acababa de llegar el momento en que me habían empujado hasta donde podía soportar que me empujara, supongo. Había decidido que tendría que saber, de una vez por todas, qué derechos tenía como ser humano y como ciudadano. » Rosa Parks. (4 de febrero de 1913-24 de octubre 2005)

Parks, era miembro activo de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP). Su convicción en hacer valer sus derechos era tangible. No titubeó a la hora de dar su respuesta al chofer blanco, quien ya la conocía y en otras ocasiones le había discriminado. No sabía lo que le esperaba y mucho menos cual sería su castigo. «El joven blanco que estaba de pie no había pedido el asiento; fue el conductor el que decidió crear un problema», declaraba posteriormente la propia Rosa Parks a la BBC. Después de pronunciar su «No» rotundo, los dos policías la arrestaron por desorden público. Pasó una noche en el calabozo y pago una multa de catorce dólares.

Los afroamericanos, sufrían todo tipo de acciones humillantes en lugares públicos, restaurantes, baños, colegios, bibliotecas, hospitales, medios de transporte… estaban cansados de ceder, sin poder pronunciar su voz contra la desigualdad que existió especialmente en el Sur de los Estados Unidos.

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«En aquella época, no teníamos ningún tipo de derechos. Era una cuestión de supervivencia»  Rosa Parks.

El «No» y sus consecuencias.

Después del incidente en el autobús, pasar la noche en el calabozo, Rosa Parks, no sabía que abriría camino e impulsaría el movimiento en la defensa de los derechos civiles desde las calles. No fue la única en pasar por estos desprecios. En el mismo año Claudette Colvin, también fue arrestada por la misma causa y luego se conocen los casos de  Irene Morgan, e Ida Wells-Barnett quienes fueron víctimas de abusos discriminatorios.

Sin embargo, Parks, tubo la valentía, el coraje y la convicción de hacer «algo más». Sentía que las personas de color no podían seguir sufriendo una vida de humillación. Creía profundamente en el respeto por los derechos civiles y la igualdad en una sociedad entre blanco y negros. Ese mismo año de 1955,  después de salir del calabozo, se propone darle fuerza al movimiento Montgomery Improvement Association. Conoce a un joven de color, llamado Martin Luther King. Teólogo, Pastor Baptista, defensor de los derechos civiles a quien se une en el movimiento para llevar a cabo un boicot en los transportes públicos que cubría la ruta de Montgomery, Alabama por 382 días.

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Rosa Parks junto a Martín Luther King en la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos.

Las protestas lideradas por Park y Luther King entre 1955 y 1956, tubo el apoyo de mas de treinta mil afroamericanos. Hicieron marchas de hasta nueve kilómetros. Estaban unidos en oposición a las políticas segregacionistas.. Reseñó la prensa de aquel tiempo, que cuando le preguntaban cómo se sentían mientras marchaban, algunos respondían: ‘Mis pies, cansados. Mi alma, ¡liberada!’.

Luego de las intensas manifestaciones y resistencia del movimiento por las defensa de los derechos civiles, la Corte Suprema de Estados Unidos, declaró que la segregación racial en el transporte iba en contra de la constitución del país. Un año después, el gobierno abolió cualquier tipo de discriminación en los lugares públicos.

El «No» y sus legados.

El espíritu de lucha de Rosa Parks fue incansable. Reunió todas las condiciones para hacerse merecedora de diversas distinciones y homenajes. En vida, gozo de ver los cambios legislativos a favor de las personas de color. En 1979, la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, le otorgó la medalla Spingarn, reconocimiento de alta categoría, y al año siguiente lo recibió Martin Luther King Jr.

También, en 1996 recibe la más alta condecoración civil de Estados Unidos, la medalla Presidencial de la Libertad, y en 1999 le entregaron la medalla de oro de Honor del Congreso, cuando la reconocieron como un «icono viviente de la libertad en Estados Unidos». Así mismo, Martin Luther King, su compañero, ganaría el premio Nobel de la Paz en 1964 por su labor en favor de los derechos civiles.

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«Debemos vivir la vida tratando de convertirlo en un modelo para los demás.» Rosa Parks.

En el año 2000 fue bautizado «El Rosa Parks Library and Museum» (Museo y Biblioteca de Rosa Parks) donde se puede conocer en detalle, su gran legado de lucha a favor de la igualdad y los derechos civiles.

Rosa Parks, a sus 92 años, se despidió de este mundo terrenal el 24 de octubre de 2005, a causa de un infarto al miocardio, en Detroit Míchigan, Estados Unidos. No obstante, sigue vigente su legado, su mensaje, su lucha en los valores que ella conservó desde niña. Valores, que le dieron fuerza para pronunciar un «No» a la discriminación.

En muchos lugares del mundo hace falta pronunciar un «No» como el de Rosa Parks, impregnado del «ser» para liberar y hacer justicia. Consolidado en la esencia de sus experiencias y practicas. El hecho de No levantarse en el autobús cuando se le ordenó, no duró mas de treinta segundos en tiempo real, pero desencadenó una lucha de protestas en calle por casi un año y obtuvo resultados para la dignidad y los derechos civiles.

Un hecho tan corto puede desembocar en transcendente y ser parte de la historia. Los protagonistas de los hechos se encargan de dar su significado, la historia el mérito. Rosa Parks, dejó la defensa a la igualdad en su tierra. De esa manera, el pintor, Pablo Picasso, realizó una obra que después se convertiría en su mayor legado, representando un hecho contra la guerra, símbolo del horror, del dolor… En efecto, los protagonistas dejan sus huellas: Un boicot, un movimiento, una obra de arte…Porque la vida son hechos y son parte de nuestra historia.

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