Actualizado 27/11/2017
Susana Gomes
El cuadro de la denuncia
El pintor, escultor y poeta español Pablo Ruíz Picasso, dejó representado en un lienzo en óleo, las tres horas y quince minutos, donde se cubrió el cielo de Gernika con una nube de humo negro, producto de la bola de fuego en que se convirtió el pueblo. La obra maestra de Picasso, lanza una voz de protesta, ante el bombardeo salvaje sobre la villa de Gernika y Lumo, convirtiéndola en una de las obras más famosas del mundo.
El hecho representado en el cuadro de Guernica, se desarrolló en 1937, en plena Guerra Civil Española, donde los aliados fascistas alemanes e italianos del General Francisco Franco, representaban el bando nacional y se enfrentaba contra el bando republicano. Gernika, no tenía precedentes en la historia militar. Franco y sus aliados, hicieron su ensayo de guerra total contra una población civil, inocente, que no era un objetivo militar.
En enero de ese mismo año, el gobierno español le pidió a Pablo Picasso, que creara algo para la Exposición Internacional en París que se llevó a cabo en junio. Sin embargo, Picasso, atravesaba unos meses donde su creatividad no fluía. Al enterarse de la tragedia del bombardeo a Gernika, quedó impactado. Tardó aproximadamente dos meses, para plasmar sobre el lienzo las desgarradas figuras en blanco, negro y gris que conmueven, trasmitiendo emociones y donde muestra piedad y respeto ante la tortura. Son nueve personajes que aparecen en el cuadro, que hacían vida en las calles de Gernika. Entre ellos están, 4 mujeres, un caballo, un toro, un pollo o pájaro, una bombilla y un hombre.
Cada personaje, representa un profundo sentimiento de dolor y a la vez valentía ante la pérdida de la vida. Las mujeres, que corrían de una lado a otro despavoridas, en busca de sus hijos, es el personaje que se repite en 4 ocasiones en la obra. La mujer, símbolo de maternidad, de unión filial; carga en sus brazos a su hijo. Clamor, resignación, gritos de desesperación se reflejan en sus rostros. Todo arde, por causa de las bombas. El blanco y negro nos dice que no hay motivos de celebraciones.
El autor, Picasso, quizo dejar marcado, que no hay explicación ante lo horrible que puede ser el exterminio. La mujer es la gran protagonista del hecho. Huyen de las llamas, pero, iluminan con el candil. Vida y muerte representados. El pollo, revela el sufrimiento de los animales que volaban al compas de la tormenta de humo. El hombre tirado al piso, expresa el soldado español que soñaba con la libertad. Allí está, desmembrado, extendido en forma de cruz.
Así mismo, para Juan Larrea, amigo intelectual de Picasso; el toro, era el símbolo del pueblo Español. También, se ha dicho que encarna al propio Picasso. El caballo, simboliza al pueblo español atacado. En la parte superior del cuadro, sale el sol a través de la bombilla. La luz, en medio de las tinieblas, con ojo que todo lo ve. Desde arriba, se puede observar cómo una pequeña ciudad es devastada por la mano del hombre, sin ni siquiera contar con premoniciones. La guerra llegó a Gernika, sin contar con adversarios preparados. Pero, por qué el bombardeo a Gernika.
El bombardeo
Gernika es una villa ubicada en el Municipio de Vizcaya, País Vasco, que se extiende por el norte de España. Era una ciudad antigua. Una villa noble, considerada la «ciudad santa» de los Vascos. Su iglesia es del siglo catorce. Calles estrechas, casas con armazón de madera y paredes de ladrillo formaban parte de la zona. Tenían industrias de fábricas de maquinarias, calzado, chocolates y caramelos. Los lunes, era el día dedicado al comercio. Compra, ventas de productos de los habitantes de la zona y pueblos vecinos, hacían de ese día, el más importante de la semana.
Un bombardeo feroz, acabó con la esperanza de un pueblo en un día de mercado. Ya era casi las cinco de la tarde, de aquel lunes 26 de abril de 1937 cuando se escucho las alarmas del pueblo y las campanas de la Iglesia repicar en señal que algo estaba sucediendo. Comenzaron a sobre volar los aviones. Más de diez bombardeos, uno detrás del otro lanzando bombas de hasta 1.000 libras. El fuego y la destrucción se apoderaron de la villa.
La gente corría de un lado a otro, tratando de huir a los refugios. Muchos eran ametrallados. Gritos de mujeres, llantos de niños, ruidos estrepitosos a causa de la explosión de las bombas. Todo eso era Gernika. Con el estallidos de los kilos de granadas, el humo se hizo cada vez más denso. El fuego ardía. Sólo cenizas dejaba a su paso y una ciudad destruida. Los pobladores aterrorizados en los refugios, contaban los segundos para que todo acabara. Trataban de rezar en medio del pánico. El aglomeramiento era de tal modo, que casi no había oxigeno. Nadie podía imaginar lo que verían al salir de ese sitio. Los sobrevivientes señalan, que una semana duro Gernika en llamas.
El bombardeo fue totalmente premeditado para acabar con la ciudad y sus habitantes. Primero, pequeños grupos de aviones lanzaban bombas pesadas sobre toda la ciudad. Después, los aviones alemanes atacaban a los civiles y ametrallaban para liquidar a la población. Muchos huían despavoridos hacia los refugios para salvar sus vidas. Otros, corrían en busca de sus familias, pero eran alcanzados por las bombas incendiarias. El Ayuntamiento, destruido. La iglesia de San Juan, destruida. El matadero, la alhóndiga, el teatro Liceo… todo reducido a escombros. Todo, menos la Casa de Juntas y el célebre Árbol de Guernica, símbolos del nacionalismo vasco.
Los sobrevivientes
«Cuando salí de entre los sacos al exterior me detuve aterrado. Todo el pueblo estaba en llamas. Una nube de humo cubría el cielo. No sabía si el fin del bombardeo sería definitivo y eché a correr junto a los tenderetes derribados de los quincalleros y corrí hacia las escaleras que junto a las escuelas de las niñas subían hacía la Casa de Juntas para de allí ir a la carretera de Lumo y salir al campo Al pasar junto al “sacafaltas” sin detenerme, miré hacía abajo y vi que todo Gernika era una hoguera». Luis Iriondo, relata su vivencia del bombardeo a Gernika.
También, una mujer sobreviviente, Miren de Gomeza, describe el día más horrible de su vida. «los aviones revoloteaban por encima de nuestras cabezas; eran aviones alemanes, con la Cruz Gamada, bajo sus alas. Corrí sin saber a donde, y al pasar por el Palacio Alegría, salió a mi paso el Conde de Montefuerte, propietario del Palacio, y me dijo: -Pero, niña ¿a dónde vas tan asustada? y yo le contesté -No lo sé, Don Manuel, voy escapando de los aviones-.»
Miren, Luis, Pedro, sobrevivientes de aquel lunes de mercado del año 1937, comenzaron una nueva vida, después del bombardeo a Gernika. Ni uno de ellos, imagino antes, por lo que pasarían. Aquella noche nadie pudo cenar en familia, como era costumbre. Los primeros días fueron muy duros. Largas e intensas caminatas hicieron a pueblos cercanos, buscando refugio entre familiares y amigos. El hecho no se conoció en todo el país, si no, pasadas las semanas; por esta razón las ayudas no llegaron a tiempo. Iriondo, comenta en su testimonio: «Amanecía cuando llegamos. Desembarcamos y nos condujeron a un cine, donde nos dieron pan y queso. Mi madre nos dejó recomendándome que cuidara de mis hermanos. A media mañana volvió para decirnos que aquella noche ya teníamos donde dormir. Había buscado a un fabricante de muebles del que había sido cliente y nos había invitado a que pasáramos en su casa la noche. Nos dio tortilla para cenar y aquella tortilla, por el hambre que tenía, me pareció la tortilla más rica del mundo.
Los sobrevivientes, de Gernika sufrieron las consecuencias de una guerra sin tener apoyo internacional. Día a día buscando la salida. Ellos, al igual que muchos otros trataron de buscar la esperanza, la recuperación en sus vidas ante tanta destrucción. Por la cercanía y su ubicación, muchos llegaron a Francia para pasar un tiempo. Sin embargo, un continente les ofreció el gran sueño de comenzar de nuevo: América Latina. Una patria, de tantas, les abrió los brazos para hacerlos sentir como en casa: Venezuela.
En fin, el hecho del bombardeo en Gernika, plasmado en blanco y negro a través de una obra de arte, se vistió de colores, cuando los sueños y las esperanzas se hicieron realidad. Hace ochenta años de este hecho.Porque la vida esta marcada por hechos y los hechos son parte de nuestra historia.
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