Pedro Infante, el ídolo inmortal.

Grabó 351 canciones y filmó 61 películas. Murió a las 39 años pero su arraigo popular se extiende hasta hoy en cada rincón de su país natal: México.

Actualizado 18/11/2017

Susana Gomes

Último vuelo.

La música y la actuación fueron sin duda los elementos que le dieron la fama en su tierra natal, México y en el resto del mundo. Se dejó querer por la gente encarnando personajes con los cuales se identificaba y transmitía con total naturalidad y carisma. Transmitió la identidad nacional del mexicano. Pero, había algo más que le gustaba y tuvo la oportunidad de practicarlo; ser aviador. Hablamos de Pedro Infante Cruz, gran artista que llevó la cultura popular azteca a vivir una época dorada.

El interprete de «Amorcito Corazón», contó con 19 años de fama artística donde cosechó gran admiración por su público. Aquella mañana del 15 de abril de 1957, nadie creyó lo que estaba ocurriendo en el estado de Yucatán, a  las 7:54 de la mañana, entre las calles 58 y 87 en Mérida, donde cayó el avión B-24 Liberator, un bombardero transformado en nave de carga. Los tres pasajeros a bordo, el piloto Víctor Manuel Vidal Lorca, el copiloto Pedro Infante Cruz y el mecánico Marcial Bautista. Los tres perecieron en aquel fatídico accidente. Además, se reportó la muerte de la ciudadana Ruth Rossel, quien se encontraba en los alrededores.

 

A las 8:15 de la mañana, de aquel lunes 15 de abril, el locutor Humberto Sánchez Rodríguez, de la estación XEMH, interrumpió la programación y la audiencia escuchó lo siguiente: «¿Es realmente cierto que nuestro querido Pedro Infante ha fallecido?» -le preguntó al reportero Fernando Vales, quien le respondió – «Lamentablemente sí, es cierto. Aquí tenemos las órdenes de despacho debidamente firmadas por Pedro Infante como copiloto». Notablemente afectado, Sánchez Rodríguez expresó: «Desgraciadamente, XEMH Radio Mérida confirma, en una forma oficial, la muerte de nuestro querido actor Pedro Infante».

Nadie lo podía creer, con tan sólo 39 años de edad y viviendo una fama artística única, se marcharía de este mundo en un hecho tan trágico y lamentable. La población quedo atónita con la noticia, tanto así que han pasado los años y son muchas las versiones de creer ver a Pedro Infante resucitado en hombres con mucho parecido físico. Pero, la verdad es que el hecho ocurrió aquella mañana de 1957 y donde él mismo, de alguna manera presentía su final cuando le dijo a su productor cinematográfico Ismael Rodríguez«Se que yo también voy a morir en un accidente de aviación»

 

El 16 de abril, un día después de accidente, miles de personas se trasladaron al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, para recibir los restos del ídolo. Luego fue llevado el ataud al Teatro Jorge Negrete donde le rindieron homenaje póstumo miles de seguidores. Entre Mariachis cantando sus temas, arreglos florales, lágrimas de todo un pueblo que le costó asimilar la partida del gran Pedro Infante. Más de cien mil personas estuvieron presente ese día hasta su cortejo fúnebre que llegó hacia el Panteón Jardín donde sus restos fueron sepultados.

Pedro Infante había sufrido dos accidentes aéreos anteriormente. El primero sucedió cuando volaba por la ciudad de Guasanave, en el estado mexicano de Sinaloa, hacia la zona costera del pacífico. El avión que piloteaba se estrelló y fue atendido por una herida en el mentón. El segundo accidente fue más grave, ocurrió el 22 de mayo de 1949 en Zitácuaro, una ciudad mexicana del estado de Michoacán. En esa oportunidad Infante sufrió una severa lesión en la cabeza, que incluso le produjo perdida de la audición en el oído izquierdo. Fue intervenido quirúrgicamente donde le colocaron un placa de platino en la frente, la cual sería pieza de identificación de su cuerpo, por parte de los especialistas forenses en el fatídico accidente.

Pasión y Carisma.

El interprete de 366 canciones y protagonista de más de 30 películas consiguió fama y popularidad gracias a su carisma, trabajo y sobre todo su recia actitud en todo lo que hacía. Pedro Infante tenía una personalidad con carácter, a la vez se presentaba alegre, sencillo, amoroso, bromista, pícaro a la hora de hablar y enamorar a las mujeres; todo esto lo llevo a ser verdaderamente un fenómeno social. Hablamos de una leyenda en su tierra y más allá de las fronteras de México.

images-2

En 1943, el «Ídolo de Guamúchil» fue contratado para reforzar una película titulada «La feria de las flores». Esta película marcó el inicio hacia el estrellato en el mundo del cine y la música. Su naturalidad, simpatía y versatilidad le llevaron rápidamente a ser uno de los mejores, le iba bien hacer de carpintero, como de sacerdote, peluquero, policía, aviador, boxeador, mujeriego, entre otros. Sus personajes representaban e identificaban la cultura del mexicano. La gente se sentía cercana con cada uno de sus interpretaciones, el sociólogo mexicano, Baltazar Gómez Pérez lo define como el «ídolo de México porque la gente se identifica con el». 

El éxito de Pedro Infante le permitió vivir y ser protagonista junto a otros actores de la época dorada del cine mexicano. La segunda Guerra Mundial finalizó en 1945, y para ese entonces la proyección de sus personajes mostraban otra panorámica diferente que gustaban y calaban muy bien en la sociedad mexicana y latinoamericana, que dio como resultado un impulso a la industria nacional mejicana. Infante ya tenía en sus proyectos hacer cine en Estados Unidos y España, pero, el hecho de su muerte trágica lo impidió. Junto a el actuaron grandes estrellas que también compartieron la época dorada como Jorge Aguilar, Mario MorenoGermán ValdésEvita Muñoz entre otros y la española Sara Montiel.

«Cuando uno comienza esta carrera, lo que quiere uno es que lo vean, que lo jalen, que le pidan autógrafos. Ya cuando se logra, bueno pues hay que hacerlo con mucho gusto», comentó el autor de  «Pepe el Toro» al periodista Armando del Moral, en una de las últimas entrevistas que concedió. Su vida no conocía descanso a nivel profesional, entre rodajes, grabaciones en estudio, composición, atención a la prensa y conciertos no tenía el tiempo para su vida privada. Los críticos de la época comentaron que su pasión por la aviación lo hacía sentir libre en medio de tanta presión que implicó su vida artística.

pedro_infante_muerte-movil

Así mismo, en 1951, siguiendo con su acelerado ritmo de trabajo, interpretó «A toda máquina», «Ahí viene Martín Corona y El enamorado», a las que siguieron, en 1952, «Dos tipos de cuidado» y «Pepe el Toro»; dos películas más: «Escuela de vagabundos» y «El mil amores», en 1954; «El inocente», en 1955, «Tizoc» y «Escuela de rateros», en 1956. Ese mismo año, obtuvo el Premio Ariel a la mejor actuación masculina por el drama (uno de los pocos que interpretó en su fugaz pero intensa carrera) «La vida no vale nada». Tras su muerte, fue distinguida su participación en «Tizoc» con el Oso de Plata del Festival de Berlín (1957) y el Globo de Oro de Hollywood (1958).

La escritora Ángeles Mastretta, en una entrevista con el diario El País, declara que 20 años después de su fama y su muerte, en los sesenta y setenta, «las películas de Pedro Infante sobrellevaron la convivencia con el rock de Elvis y la drástica irrupción de los Beatles». Y explica sus inicios: «Alcanzó a mis abuelos al final de su juventud, fue la piedra de toque y la fascinación de los cuarentas y cincuentas: no hubo entonces imaginación que se le resistiera, ni falda que no inquietaran sus canciones». 

En fin, en tan solo 19 años de carrera artística Pedro Infante consiguió el éxito a nivel profesional. Lo más relevante es que aún en nuestros tiempos, sigue vigente su fama, su cercanía con el pueblo, sus mitos y leyendas de que aún los mexicanos lo sienten vivo en su memoria y en su corazón. Para los aztecas, Pedro Infante representa un símbolo de la identidad nacional, a través de sus letras y personajes plasmados en la actuación. Sesenta años han transcurrido desde aquella mañana de 1957 cuando ese hecho marcó un antes y un después en la música y el cine mexicano. A partir de ese acontecimiento lamentable a bordo de un aparato creado por el hombre, un gran artista se hizo una verdadera leyenda inmortal, porque la vida esta marcada por hechos y los hechos son parte de nuestra historia.

Life in Facts

Facts